Nos daban narcóticos para ‘abrir las piernas’”: Otra exnovia de Hugh Hefner habló de vivir junto a él

Sondra Theodore fue su novia en los 70′, y acusó que usaban productos alucinógenos en las conejitas. Una vez bajo los efectos de aquellos fármacos ilegales, las incluían en orgías y otros actos con el dueño de la mansión.

Muchos dicen que nuestros actos son los que hablan por nosotros y puede ser verdad, es probable que se olviden de nuestros rostros, pero las vivencias son otra cosa. Una persona que sin duda vivió sin pudor alguno, fue Hugh Hefner, el dueño de la Mansión Playboy, algo que no es un secreto pues era muy abierto con lo que respecta a sus relaciones y el trabajo que hacía ahí dentro.

Pero si hay algo que es muy criticado en el mundo, es el uso de las drogas, como sabemos algunas son ilegales y otras controladas por médicos, su uso fuera de prescripción puede causar daños irreversibles.

Ante esto, una exnovia de Hugh Hefner, quien en un momento fue portada de la revista Playboy, Sondra Theodore, contó que las repartían dentro de la mansión. Aseguraba que el dueño de aquella industria de entretenimiento para adultos mentía y aunque decía que no se usaban, las ‘conejitas’ solían consumir.

“Fingió que no estaba involucrado en ningún uso de drogas duras en la mansión, pero eso era solo una mentira”, contó en el nuevo documental de A&E.

Según la exmodelo, consumían metacualona, un fármaco hipnótico que sedaban y producían somnolencia, declarados ilegales en Estados Unidos en 1980. Algo que usaban los hombres de la mansión y el mismo Hugh Hefner, para armar orgías y hacer que las conejitas tuvieran relaciones, aun cuando estas no eran consensuadas del todo.

Cabe resaltar que una exnovia más actual de Hefner, Holly Madison, contó lo que vivió con el dueño de la Mansión Playboy y parece que no la pasó muy bien. Entre sus experiencias relata que su pareja le ofreció lo mismo que les dio a las otras modelos en el pasado, pero ella no era una fanática de consumir.

Aunque contó que esos estupefacientes eran llamados “abridores de piernas” por Hefner y los dueños de la mansión, y pese a su ilegalidad, otras mujeres la consumieron.

No sabía cómo las obtenían, pero no la estaban pasando todos muy bien, inclusive afirma que muchas lo consumieron por presión, sin saber de qué se trataba. En ocasiones, arrepentida de todo lo que había ocurrido al día siguiente, pero sin poder quejarse porque deseaban la vida de las conejitas.

Esto es un claro ejemplo que nos muestra que no todo lo que brilla es oro, y que seguro muchas desearon estar en la Mansión Playboy sin saber todo lo que sufrieron las mujeres que lograron entrar.

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